photo a57ee5d7-15cf-4ade-8cb2-852d230841d2_zps3purj7rd.png

miércoles, 22 de enero de 2014

De frente con tu pasado...


De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
2 Corintios 5:17

Cuando venimos al Señor renunciamos al pasado para vivir una nueva vida en Él. La Palabra dice en Filipenses 3:13 ...pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante... Ese es y debe ser la meta de cada creyente, olvidarnos de todo lo que pasó, de todo lo que se quedó atrás y esforzarnos por alcanzar lo que Dios tiene para nosotros adelante, en el presente y en nuestro futuro. Pero, ¿qué pasaría si por algún motivo tuvieramos que toparnos con nuestro pasado? Recientemente me encontraba en una tienda donde trabaja una persona que formó parte de mi pasado. Recuerdo que antes de llegar a la tienda estando en el centro comercial vino a mi recuerdo ésta persona y sentí que la vería. Ignore el pensamiento creyendo que provenía de mi mente sin saber que era el Espíritu Santo hablándome. Al llegar a la tienda seguía teniendo el mismo sentir, me sentía inquieto. Estando en uno de los pasillos cuando menos lo esperé esta persona salio a mi encuentro y me sorprendí mucho, pues lo que el Espíritu me estaba haciendo sentir que sucedería pasó. Cruzamos mirada y volvío a meterse en una de los pasillos. Mientras continuo caminando, siento que el Señor habla a mi corazón y me dice “guarda tu postura” cuando esas palabras llegaron a mi corazón me estremecí, levanté mi cabeza, erguí mi espalda y seguí mi camino hasta salir de la tienda ya que no me quedaba mucho tiempo allí. Cuando llego a la Iglesia (ese día tenía culto de oración) comencé a hablar con el Señor y sólo podía darle gracias con un corazón lleno de alegría. Fue algo que no puedo explicar, no sabía porqué sentía tanta alegría y tanto agradecimiento. Estaba seguro que Dios me había permitido esa experiencia para traerme una hermosa lección, a lo que el Espíritu me hacía sentir, venciste. En aquél momento venía a mí la frase “de frente con tu pasado” y lo único que saltaba en mi corazón eran éstas palabras… “No sabemos el día en que tengamos frente a nosotros nuestro pasado, lo que importa es que actitud y la postura que asumimos”. La Palabra es clara cuando dice Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres (Gálatas 5:1) Cuando estamos en Cristo andamos en la verdad y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres (Juan 8:32) y como andamos en la verdad andamos en libertad. Por lo tanto es muy importante que mantengamos esa libertad que Cristo nos ha otorgado. Cuando nos mantenemos en libertad asumimos la postura que Dios nos dió cuando nos hizo libres por medio de Cristo y es ésa postura la que nos mantiene firme ante cualquier circunstancia, incluso, cuando tienes de frente a tu pasado. Hay personas que pueden pasar y atravesar cualquier problema o circunstancia que se les presente pero no han podido librar la batalla de “su pasado” y cuando éste les hace frente son muy propensos a caer. Debes saber que nuestro adversario utilizará cualquier forma y manera para atacarnos al punto de querer destruirnos. Esa es su misión, El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir... (Juan 10:10). Claramente una de las armas que utilizará en tu contra para tratar de hacerte caer es tu pasado. ¡No lo permitas! Dios ha echado tu pasado, tu pecado en el fondo del mar (Miqueas 7:9) y auque Satanás llegue a esas profundidades para agarrar y traer a tí lo pasado, aquello que Dios ha borrado, tu vieja vida, recuérdale quién eres ahora, en que lugar Dios te puso, eres cabeza y no cola (Deut. 28:13). Si Dios te ha regalado la libertad manténla, asume tu postura, la postura del hombre, mujer, joven de Dios que eres ahora por la gracia de Él. Eres una nueva criatura llena de autoridad y puedes salir victorioso cuando te encuentres frente a tu pasado. He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. (Lucas 10:19)

Si aún no tienes la libertad de parte de Dios por medio de Cristo y deseas tenerla para poder vencer a tu pasado, repite esta oración, “Dios te pido en éste momento que me otorgues la libertad de mi vida, ya no quiero estar encadenado a mi pasado jamás. Te pido por la sangre de tu Hijo Jesús que rompas todas mis cadenas para poder ser una persona totalmente libre. Yo quiero asumir la postura que Tú me das para vencer cuando esté de frente con mi pasado. Gracias Señor, en el nombre de Jesús, Amén.

Si oran con confianza, Dios les responderá y sanará al enfermo, y si ha pecado también lo perdonará. (Santiago 5:15 TLA)

No hay comentarios.:

Publicar un comentario